Un arquitecto técnico es un “director de orquesta” para tu obra de construcción y edificación. Son los profesionales que, por sus conocimientos y sus capacidades, mejor conocen y pueden resolver todas las cuestiones técnicas, económicas, de gestión, de ejecución, de supervisión y también de control en una obra.

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¿Qué titulación acredita a un arquitecto técnico?

Oficialmente, en la actualidad, la titulación que acredita el poder desempeñar oficialmente las tareas como arquitecto técnico, es el Grado en Ingeniería de la Edificación. Éste puede cursarse tanto en las universidades públicas, como en las universidades privadas y centros universitarios adscritos, que hayan sido acreditados por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), organismo autónomo adscrito al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

 

Originalmente, la titulación de Aparejador, de manera formal, se creó en el siglo XIX, en 1855. Esta titulación supuso un cambio histórico, pues sustituyó al oficio de “Maestro de Obras” vigente desde la ya lejana Edad Media. En 1968 se creó la titulación de Arquitecto Técnico en ejecución e obras que, todavía por edad, es la titulación universitaria que tienen la mayoría de profesionales cualificados, con la suficiente experiencia que ejercen la profesión de “Aparejador” en la actualidad, en el siglo XXI. Después de la gran reforma universitaria que supuso el reciente Proceso de Bolonia, para homologarnos dentro del Espacio Europeo de Educación Superior, ha sido cuando la titulación de Arquitecto Técnico ha pasado a su actual denominación de Grado en Ingeniería de la Edificación.

 

En determinadas universidades, por la lentitud en los cambios de planes de estudios, y/o dentro de la propia autonomía universitaria, al Grado en Ingeniería de la Edificación también se le denomina Grado en Arquitectura Técnica, siendo ambos legalmente equivalentes como titulación para acreditar a un aparejador.

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¿Qué funciones cumple en una obra según la Ley de Ordenación de la Edificación?

 

El aparejador de obra asumen las funciones técnicas para dirigir la ejecución material de la obra, y al mismo tiempo controlar a nivel de calidad, y también de cantidad, la construcción y la calidad de la edificación. El aparejador asume el control de calidad de la obra a edificar. Y verifica la recepción, in situ en la obra, de los productos de construcción necesarios, mandando la realización de los ensayos y las pruebas que sean preceptivas y necesarias.

 

Director de ejecución de una obra

 

Como Director de ejecución de la obra, el aparejador realizará una dirección comprometida en lograr la edificación proyectada por el arquitecto: la supervisión directa, y el control sobre el constructor, para que genere una correcta ejecución de la obra a construir. Debe controlar el proceso de construcción tanto a nivel cuantitativo (cantidad) como cualitativo (calidad).

 

Coordinador en materia de Seguridad y Salud

 

Un Coordinador en materia de Seguridad y Salud no es una atribución exclusiva, que sólo pueda ejercer un aparejador. El coordinador de seguridad es una responsabilidad, que hay que asumir dentro del proceso de ejecución de una obra de edificación, y que exige unos conocimientos técnicos que un aparejador, por su formación profesional específica, tiene las cualidades para asumir esa responsabilidad y ejercerla.

 

Como su propio nombre indica, el coordinador de seguridad debe asumir las competencias para la supervisión de las medidas de prevención que se toman durante la ejecución de la obra en el ámbito de la seguridad y también en el de la salud, para prevenir durante toda la ejecución del proyecto.

 

¿Cumplen las mismas funciones un arquitecto técnico y un arquitecto?

 

Esta pregunta se debe a la confusión en las personas no familiarizadas con el sector de la construcción, pues para muchos un arquitecto y un aparejador es lo mismo, son sinónimos. Pero, evidentemente, ambas profesiones son distintas, tanto en las responsabilidades como en las atribuciones.

 

En primer lugar, la diferencia entre ambos proviene de la duración de los estudios que se exige para cada titulación. Antes de la entrada del Plan Bolonia, la titulación universitaria para el Arquitecto Técnico, que en su momento actualizó los estudios de Aparejador, exigía superar un plan de estudios de tres cursos académicos y presentar un trabajo final de carrera. En cambio, para ser oficialmente Arquitecto, era necesario superar entre 5 y 6 cursos académicos, según el plan de estudios específico aprobado por cada Universidad y también un trabajo de final de carrera.

 

Es la Ley de Ordenación de la Edificación, la LOE, la que establece las competencias que pueden desempeñar los arquitectos, y cuáles pueden desempeñar los aparejadores.

 

El arquitecto es el responsable de la consecución de los proyectos de urbanismos aprobados, y de la construcción de casi cualquier tipo de edificación. También puede asumir el papel de coordinador de seguridad en la obra. Y, sin ser excluyentes, tanto el arquitecto como el aparejador tienen la capacitación para elaborar informes sobre la construcción, tasaciones de inmuebles, peritajes, mediciones de obra o certificados energéticos, entre otros.

 

El aparejador puede ejecutar proyectos de construcción, como hace el arquitecto, pero sólo intervenciones menores que no impliquen una modificación sustancial sobre la estructura de las edificaciones.

 

Ambos, tanto el arquitecto como el aparejador forman parte de la Dirección Facultativa, el equipo de técnicos que la ley exige para dirigir o supervisar las obras. Pero mientras el arquitecto asume la función de director de obra, el aparejador asume la responsabilidad de director de ejecución material. El arquitecto se responsabiliza de la dirección general, resolver las dudas que puedan surgir durante la ejecución del proyecto o solucionar os posibles imprevistos. Mientras, el aparejador está más centrado en supervisar y controlar que el trabajo del constructor se ajuste a lo proyectado y plasmado por el arquitecto de la obra.

 

Resto de funciones de un aparejador

 

Un aparejador, o arquitecto técnico, asume, tanto en la teoría como en la práctica, todas las funciones que la figura de un arquitecto no asume. Y al mismo tiempo, si la obra lo requiere, aunque específicamente no sea su función, también puede asumir las funciones del constructor, del gerente responsable de los tratos con los proveedores y de los propios obreros de la construcción.

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