Expectativas supervisoras en materia de gestión de riesgos y divulgación de información

Tras la adopción del Acuerdo de París sobre el cambio climático y la Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenible en 2015, los gobiernos están avanzando en todo el mundo hacia unas economías bajas en carbono y más circulares. En el ámbito europeo, el Pacto Verde Europeo establece el objetivo de convertir Europa en el primer continente climáticamente neutral en 2050. Se espera que el sector financiero desempeñe un papel fundamental a este respecto, como establece el Plan de acción de la Comisión para financiar el crecimiento sostenible.

La transición hacia una economía baja en carbono y más circular conlleva riesgos y oportunidades para la economía y para las entidades financieras, al tiempo que los daños físicos causados por el cambio climático y la degradación del medio ambiente pueden afectar de modo significativo a la economía real y al sistema financiero. Por segundo año consecutivo, el Banco Central Europeo (BCE) ha identificado los riesgos relacionados con el clima como un factor clave en el Mapa de riesgos del MUS para el sistema bancario de la zona del euro. El BCE considera que las entidades deben adoptar un enfoque prospectivo e integral frente a los riesgos relacionados con el clima y medioambientales.

El BCE está siguiendo de cerca la evolución de los acontecimientos que pueden afectar a las entidades de la zona del euro. El Plan de acción de la Comisión Europea para financiar el desarrollo sostenible tiene por objeto reorientar los flujos de capital hacia inversiones sostenibles, integrar la sostenibilidad en la gestión de riesgos y fomentar una mayor transparencia y visión a largo plazo. En el ámbito concreto del sector bancario, la Autoridad Bancaria Europea (ABE) ha recibido varios mandatos de analizar cómo pueden integrarse los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en los tres pilares de la supervisión prudencial. Sobre esta base, la ABE ha publicado un Plan de acción sobre finanzas sostenibles con mensajes clave de política dirigidos a las entidades en las áreas de la estrategia y la gestión de riesgos, la divulgación de información, el análisis de escenarios y las pruebas de resistencia.

En esta guía se expone cómo entiende el BCE la gestión segura y prudente de los riesgos relacionados con el clima y medioambientales en el marco prudencial vigente. La guía describe cómo espera el BCE que las entidades consideren los riesgos relacionados con el clima y medioambientales (como factores de las categorías de riesgos prudenciales establecidas) al formular y aplicar su estrategia de negocio y sus marcos de gobernanza y de gestión de riesgos. También explica cómo espera el BCE que las entidades aumenten su transparencia mejorando la comunicación de
información relativa al clima y el medio ambiente.

Esta guía no es vinculante para las entidades, sino una base para el diálogo supervisor. En el marco de este diálogo supervisor, el BCE analizará con las entidades las posibles divergencias de sus prácticas respecto a las expectativas del BCE establecidas en esta guía. El BCE continuará desarrollando su enfoque desupervisión respecto a la gestión y la comunicación de los riesgos relacionados con el clima y medioambientales a lo largo del tiempo, teniendo en cuenta los cambios regulatorios y la evolución de las prácticas del sector y de la comunidad supervisora.

 

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