A la hora de comprar una vivienda y conseguir la financiación suficiente, se necesita solicitar una hipoteca a la entidad financiera pertinente porque necesita saber cuanto vale el inmueble antes de conceder el préstamo hipotecario. Es por esto por lo que el banco necesita saber el precio del inmueble y así evaluar cuál es el riesgo que asumirá si decide prestar el dinero solicitado en forma de hipoteca para efectuar una compra de vivienda.
Una tasación hipotecaria es un informe realizado por un profesional experto en la materia el cual determina el valor actual de una vivienda en el mercado. El precio que estime el tasador será considerado como garantía de la hipoteca que se ha solicitado. Hay que tener en cuenta que las entidades bancarias financian hasta un 80% del valor total de la vivienda, es decir, del valor que ha estimado el profesional en la tasación hipotecaria.
Los aspectos influyentes en la valoración de un inmueble:
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Ubicación de la vivienda. Su localización física y los principales servicios cerca. Cercanía al transporte público, centro de salud, parques, colegios, etc.
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Superficie. Metros cuadrados y disposición del espacio en la vivienda.
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Antigüedad de la vivienda. Cuántos años tiene y cómo se conserva, si tiene reformas o si las necesita.
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Si cuenta con garaje o trastero, terrazas y si tiene ascensor o escaleras.
La tasación inmobiliaria está sujeta a la Orden Ministerial de fecha 27 de marzo de 2003 emitida por el Ministerio de Economía y Hacienda, esta norma establece una metodología concreta basada en unas definiciones y principios.
La nueva ley hipotecaria, la Ley 5/2019, de 15 de marzo, que regula los contratos de crédito inmobiliario, establece que la mayor parte de los gastos generados por la concesión de una hipoteca corresponde a la entidad bancaria que concede el préstamo. Pero en concreto, los gastos de tasación debe asumirlos el comprador.