El papel de los compradores extranjeros en el mercado de la vivienda sigue siendo un tema relevante. En ocasiones hemos comentado que aunque no es algo que vaya por sí solo a solucionar las dificultades del sector, tiene suficiente importancia para tomar en consideración su evolución y las circunstancias que favorecen o no las compras. En 2007, para un total de 171.000 transacciones de viviendas, nuevas y usadas, que se formalizaron en Andalucía, las realizadas por extranjeros eran un 11 por ciento; y en 2017 estimamos que será un 17 por ciento, sobre un total de algo más de 93.000 viviendas vendidas. Estos datos nos indican que tiene bastante importancia para Andalucía el comprador extranjero, y también que ha permanecido relativamente estable a lo largo de la crisis. El gráfico –midiendo a España en el eje de la izquierda, y Andalucía en el de la derecha- nos muestra una tendencia similar. En España la compra de vivienda cae ya desde 2006, mientras que en Andalucía no lo hace hasta 2008; a partir de 2009 se inicia una recuperación que contrasta con lo ocurrido con el mercado total de vivienda donde las transacciones no empiezan claramente a recuperarse hasta 2014.
Gráfico 1.- Número de transacciones por extranjeros residentes y no residentes en España para España (eje izquierdo) y Andalucía (eje derecho).
Si lo vemos por provincias, destaca claramente Málaga, donde las compras han representado siempre entre la mitad y el sesenta por ciento de toda Andalucía. Es peculiar el caso de Almería, donde hubo un fortísimo movimiento de compraventa que no se recupera, y de manera incipiente, hasta hace poco; aunque sigue habiendo una cifra notable en el entorno de 2.000 viviendas anuales, está lejos de las que se daban antes de la crisis. La tendencia actual, atendiendo a las operaciones trimestrales, es de escasa estacionalidad, quitando el tercer trimestre del año cuando cae algo, y algo por encima en el segundo trimestre, lo que indica que esta actividad de venta inmobiliaria puede mantenerse activa durante todo el año, independientemente de la estacionalidad del turismo. La ligera caída que se observa en la línea del gráfico referida a Andalucía se debe a que está calculada por trimestres, y en el último hay una cierta ralentización de las ventas; no obstante, hay que interpretar que las ventas a extranjeros están estabilizadas y crecen ligeramente año a año. En España esta dinámica es algo más fuerte y en la tabla se observa cómo desde 2014 a 2017 el crecimiento de las compras por extranjeros ha subido un 46 por ciento, mientras en Andalucía ha sido un 25; pero estas variaciones dependen del año con el que se compare.
Disponemos ya de los últimos datos ciertos, a 30 de junio, sobre compraventa de viviendas en España, proporcionados por el Centro de Información Estadística del Notariado. En Junio de 2017 se habrían vendido 51.477 viviendas, lo que supone un incremento del 17,4 por ciento sobre el mismo mes del año anterior; las ventas de vivienda nueva crecen un 19 por ciento, y las usadas un 11. El precio medio de esas viviendas es de 1.358 euros por metro cuadrado, con un incremento del 1,4 por ciento también de junio a junio. Los préstamos hipotecarios crecen en un 12,9 por ciento en el período, descendiendo ligeramente el importe del préstamo medio, que es de 129.704 euros. Estos datos confirman que el mercado de la vivienda se anima en cuanto a operaciones de compraventa; el precio, sin embargo, se mantiene o crece muy poco; el mercado depende principalmente de la vivienda usada, pues aunque también crecen las ventas de vivienda nueva, parten de un nivel bajísimo; y las hipotecas crecen, pero por debajo de las compraventas.
osos e inmuebles, bien vendiendo estos últimos directamente por sus sociedades inmobiliarias vinculadas, o en operaciones con fondos de inversión. Destacan los movimientos en torno a la cartera de Popular, que se estima en unos 30.000 millones. Los bancos tienen incentivos a vender cuando el precio está alrededor de las dotaciones que tienen efectuadas en sus balances, por lo que no incurren en nuevas pérdidas; en estas circunstancias, los gastos de mantenimiento de los inmuebles son un aliciente para desprenderse de ellos. La implicación para el mercado de vivienda es fuerte, pues aunque se anima la compraventa, los bajos precios de las liquidaciones influyen en los precios medios de las viviendas.
Fuente: http://www.diariodesevilla.es